una santa rita aplicada y el coronel
con sus exasperados gritos, esos rostros
rígidos y atormentados por el acné
además, la lluvia constante.
el cataclismo de una época
y de ese mediodía, la niñez escondida
traspapelada entre los uniformes de los adultos
los huesos alineados y tiritando
y la espera del timbre para el almuerzo.
el mediodía torrencial y el silencio de las insignas,
la tropa no comprende pero
igual hace como que, el coronel grita y
hasta los perros del cuartel saben que exagera porque
el drama es mutuo:
todos marcialmente actúan.
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