martes, agosto 25

la incompletud de los cafés porteños

las ventanas ofrecen gente que pasa y mira
los mozos atentos, metódicos, discretos
el café caliente y su espuma fría
la incomprensible numeración de las mesas
la lectura solitaria del suplemento cocina
los libros, apuntes y poemas
la única rutina en pie de la viuda enlutada
la música a veces incomprensiblemente chillona
los espejos para dar la sensación de café antiguo
el armado de mesas, manteles y cubiertos para la cena
las lágrimas de la novia abandonada a su suerte
los teléfonos inalámbricos y los gritos extrovertidos
el aburrimiento de quien lleva la cuenta de las monedas
el tostado y la gaseosa del señor recién divorciado
y el saltamonte enojado por la falta de pelotero

lunes, agosto 24

correntadas

un viento sube por las escaleras
de éstos, nuestros huesos,
pasamanos de calcio
sube quete sube,
algo asoma por las ventanas
como correntadas umbilicales
hasta llegar a un remanso
saliva, lengua y paladar,
luz verde, carne roja
para convertirse al fin en aliento

viernes, agosto 21

terapéutica de olvido

dolor de neuronas
sequedad de pupilas

andar despertando a los instintos
a esta altura!

miércoles, agosto 19

postal

yo una vez te dejé durmiendo
en el 28 de Rayuela
y te pedí que acariciaras a la Maga por mí

te quise perder durante mil noches
te oí discutiendo con Gekrepten y Oliveira
te busqué por las calles de París

y mirá donde te vengo a encontrar, mirá
dulce postal amarilla
desparramada por el parqué

disfagia

una tos
un eructo
una mueca de asco
un espasmo diafragmático e inútil
un ardor que trepa hasta la garganta
una contorsión apenas disimulada

no fue suficiente
a fin de cuentas
me quedó la palabra atravesada

martes, agosto 18

dos caras

o más, no sé
porque miro y le sigo encontrando
como seis, ocho ojos

pero
mi parte más metódica me recuerda
que tiene apenas una
que yo dejo que se multiplique
todo el tiempo

domingo, agosto 9

sátira realista poético religiosa

se lo ve nervioso,
cansado, viejo
yendo y viniendo

mirándose al espejo
arreglándose la túnica

la víspera lo tiene inquieto
porque la multitud está ansiosa
y grita

sus ruegos
sus lamentos
su falta de trabajo
su fe convertida en espera
su gran colección de estampitas
si al menos el 7 de agosto comenzara la primavera

igual
no hay frío que pueda con la esperanza
o más bien la ilusión de tener con qué
llenar la panza, por eso
sus fanáticos feligreses desde hace noches
lo aguardan
con carpa, mate, galleta, reposera y manta

afuera casi son las doce,
hay miles esperando entrar,
él hace cálculos y mira al cielo,

pero duda que sus poderes
alcancen para tantos

y pensar que
ellos aún no saben que esta vez
el santo los va a desilusionar

sábado, agosto 8

estrabismo

tus dos ojos están alineados
bailan rítmicos y
se mueven a la par

pero sabé que a veces,
un mal movimiento o
una desatención,
no sé
y ahí nomás
puede pasar
que con uno fijamente me estés leyendo
y con el otro, sin notar la diferencia,
no hagas más que mirar
mi sombra

viernes, agosto 7

tengo razones para convertir un café cargado en un poema vacío

dispongo cortinas, palabras, colores
(es inútil, pero insisto en clasificar mi nostalgia en
códigos rojos, amarillos y naranjas)

pongo de fondo y en duda una vieja y hermosa canción
(¿te asusta mi guerra menos
que alto el fuego en mi corazón?)

decido sobre esto y aquello
(café para las ideas propias,
un té digestivo para las ajenas)

elijo un final entre tantos
(solo,
jugando con la cuchara y los paréntesis
mirando por la ventana
despidiendo al invierno
que se aleja
esta vez
ofendido)


reflexión final:
no, dejá, pago yo, como siempre.