mienten siempre, mienten todos
cuando hablan, cuando pronostican
cuando nos inventan un devenir húmedo o seco
no les importa, nos exhortan a recluirnos,
a escondernos en nuestras cuevas de vidrio
nos mienten con sus dibujos de colores,
con sus consejos de trasnoche,
con sus frasecitas ocurrentes entre medialunas,
nos mienten imperdonablemente
cuando nos llenan de miedos extendidos
o pronósticos improbables, dubitativos
nos mienten cada mañana y cada noche
nos hablan lacónicos,
les escuchamos atentos,
ellos nos convencen tiranos,
nosotros nos dejamos llevar dóciles
nuestras penas, nuestras melancolías anticipadas
todo un baúl que nunca deberíamos haber abierto,
pero ellos sólo nos mienten
con varas, con frentes de tormenta,
con la falsedad impune de quien le tira las cartas
a la naturaleza y nunca acierta
nos mienten, sin inocencia, siempre nos mienten
les gusta vernos pendiente de las nubes.
domingo, agosto 29
nos mienten
jueves, agosto 26
sol y oro
tenés la cara lavada por la lluvia
de la madrugada
las pecas salpicadas por los escaparates
grises
la sonrisa descuajada en cada
boca calle,
los transeúntes de pacífico
miran, hablan, comentan
sobre tu mirada ingenua y brillante,
incomprensible para el horario y para tanto invierno
¿cómo dormiste anoche?
jueves, agosto 12
álgebra, lógica y telecomunicaciones
se despidieron diciéndose nada,
bueno que estés bien y un saludo,
sí yo también, cualquier cosa te llamo
entonces un día un café, dale un día,
corte, suspiro y con esa sensación
de charla inconclusa, de embotellamiento de palabras
se mira las manos y cuenta 9 causas para
no marcar redial, pero algo del álgebra o la anatomía
hace que le sobre una razón,
para el resto, la secuencia lógica:
ese dedo (con el que luego se señalaría),
el tono siempre afinado en la,
el carraspeo innecesario,
la loción capilar para no arrepentirse,
el trampolín y el salto ornamental.
¿vos de nuevo?, qué bueno que llamaste
viernes, agosto 6
vení, vamos
ha quedado alta, altísima
imponente, hasta parecemos unos enanos
pensar que al final, en cada ladrillo
están escondidas nuestras huellas
están nuestras uñas, nuestras señas
están
ha sido largo, pero tan largo
el trabajo, las horas de construcción
mirá che, cuánto espacio quedó para los cuadros
mirá che, pero no te marees mirando
quizás la pinten de blanco o a lunares o a rayas
pero ahí ya no estaremos nosotros para verla
nosotros acá terminamos, mi viejo
nosotros acá dejamos nuestras marcas
nosotros somos nomás los albañiles
no llorés, vení, vamos.
jueves, agosto 5
improvisación cortada
enroscado en sus ideas va
a sentarse en un café de perlas,
de perlas por qué sí, aunque cafés
así ya no queden,
el señor va a tomar algo? igual pide la carta
aunque ya sabe que lo quiere cortado
o partido o doblado, otra vez
sentó adelante a su destino
de ojos claros, vos también café?
pero el destino no contesta,
sí, que sea un café, o mejor una lágrima?
bueno perdón, fue un chiste inoportuno
son los nervios o la cafeína, admitió
y vos cómo estás? le propuso, pero
continuó, como un autómata
que ensayó cien veces un discurso,
mirá, destino de ojos claros, sí
mirá con esos ojos de destino
hace tiempo que te tengo atorado
señor aquí tiene su café,
interrumpió el mozo,
sí, gracias, no, así, amargo, como viene,
se hizo un silencio, carraspeó torpe
miró por la ventana, perdió el hilo
y otra vez se quedó en silencio
con su destino de ojos claros mirando.
martes, agosto 3
alivio de pobre
buena época para ser mendigo
el viento acomoda, me barre la mugre
saca el polvo de mis cachivaches
de tanto andar al final ya aprendí:
en bolsa negra los deshechos
en bolsa roja los recuerdos
la barba me crece casual, las rastas por defecto,
buena época para ser sin techo
el frío esconde bajo las frazadas
a los vecinos, mejor, menos que cuchichean
lo podrido, mi abandono solitario
quizás baje el rédito de la limosna,
está bien, pero si la noche está fresquita
no hay lamento por el ventilador destartalado,
buena época para ser desvalido,
no necesito ducha, ni desodorante, si total
nadie me huele, nadie me mira, nadie sabe
de mí.