es allá, por el lado del horizonte
donde el sol cívico
asoma
en los días torpes
para que los niños
corran por el espacio que dejan libre los grandes
por las calles vacías
por las veredas rellenas
de fiebre
con el alma inmensa de vapor de agua
un dedo
de mi mano
de un brazo
de mi cuerpo
señala
la ventana ósea
mirá si me vieras de aquel lado?
yo te podría saludar
un soldado de cualquier metal
al borde
del precipicio del sexto piso y mis pies sin medias
los días torpes verán dos lágrimas
una de tus ojos
una del reloj
No hay comentarios:
Publicar un comentario