sábado, mayo 21

sleeping lessons

me quema, me quema el aire,
las sonrisas de los cantantes
el color que se vuelve púrpura
oler de tan cerca el vidrio
la música, me quema la música
ni que lo digas
freno, suspiro y sigo

bailar, gritarle a los dos ambientes me quema
subir y bajar la escaleras
cantar, provocar a Florencio
perseguirlo y no alcanzarlo
roca, piquetes, desvíos, nafta
paro de estatales
seguir a oscuras, avanzar con dudas
las curvas, la falta de carteles
manzanas en las banquinas hasta
que por fin la llegada:
carteles de bienvenida, mariposas y crías
razones para una poesía incendiada

me quema y más me quema mirar al oeste
lo blanco que se refleja en lo blanco
como una luna, como un misal, como la esclera
la máscara de leche que recubre mi pupila
que mira, descubre y toma nota
que constata, controla y conjetura
ahí veo:
picos nevados, colores pintados
los parlantes chillan desafinados
la sorpresa del que vuelve a su cama
y encuentra todo como estaba antes,
el barrio chino y el desorden adorable
el agua que corre, la ducha,
la lucha de saber que se avanza
ser muchos, ser punta de lanza,
el palo santo, el mientrastanto,
la ruta de ida y vuelta
las reflexiones del valle encantado
y a fin de cuentas
la conclusión aritmética, poética, numérica,
este atardecer y esta canción duran lo mismo
cinco treinta y tres, dígalo,
lo digo,
más fuerte,
ASÍ?

sí,
así mi amigo, no se preocupe, usté está sano
y no
no se va a morir hoy pero sí un día

la poesía, la risa, la vida
todo termina, como es el caso de este
atardecer para gente atenta
ya puede ponerse la camisa, la boina y la campera
pero no se le olvide nunca
la nieve, lo púrpura, la tarde, los parlantes
de esta poesía, el sonido desafiante,
ahora, después y antes
ya va a ver
todo le quema

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