sábado, febrero 26

ventanales

el mundo tiene sus mil ventanas abiertas
en todas
la tarde está llena de sol

domingo, febrero 13

yo mismo

ya no tengo tanta paciencia,
en lugar de eso tengo dos manos llenas de dedos
y en cada dedo guardo mil poemas,
enroscado, como un abrazo de diminutas proporciones,
con forma de anillo de pasto,
llevo un trofeo de metal y bajorrelieve,
en el extremo, saltando como un clavadista
está la uña malformada, su antigua crónica de la puerta cerrada;
está deforme la pobre, pero más prolija que antes,

¿será mi vejez inoportuna?
¿o serán las horas de sueño robadas por las altas temperaturas?,
las miradas de las mil madres tristres,
el destino en manos del sarampión,
o mi misma razón de querer ser distinto en algo
a aquél de quien hablo siempre:
el de las madrugadas entre libros,
el de los periscopios de viernes santo,
el de las listas de proyectos,
al final, el yo mismo de siempre.

incendios forestales

ya sé de dónde viene el humo,
y aunque no sepa me lo imagino
de aquellos pueblos vacíos,
de aquellos pueblos abandonados
por eso, nadie grita.

son mis bosques.
los vírgenes.
los bosques vírgenes de siempre.