venga el viernes a mis ojos
venga el viento que traerá el sábado
vengan las horas de las madrugadas que gotean
que gotean
hasta el piso donde algunos fingen
que duermen
como si estuvieran durmiedo
como si no me diera cuenta que fingen
venga el viento que se quedó soplando
en otros cuartos con otros cuerpos
y que ahora
ahora
son otros los que se andan disfrazando
porque los actores
bien saben que abajo del escenario
son simples
actores
no como ellos
que se vengan de la soledad
miran para el costado
y de verdad se tienen,
no como ellos que se
vengan
no como ellos que se
aman
en sueños
venga el viento de las estrellas acopladas
los ritos de seducción, los ensayos frente al lavabo,
las palabras que sobran pero hacen
tanta falta, como si al final fueran los
dedos formando fila para bordear
el precipicio,
mirá
hacen como si se cayeran
hasta tu ombligo nunca antes
tan redondo
y yo sin saber
si hago bien
si hago mal
los rescato y ellos me miran
perplejos
venga la música con vida propia
los pilones de ropa
se parecen a una cadena montañosa de algodón
policrómico
dibujando un camino
laberíntico
hasta las sábanas
que ondulan
a pesar de que el viento
al final no sopla
tanto, no sopla
nada
al final
es mucho más el deseo
que la situación
que cualquiera imaginaría
sobre el colchón
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