como un vientre que pare
como una botella que vierte licor
como un cine donde los títulos caen
como cajones de cartas sepias y olor
como una plaza con tormenta eléctrica
como una cara con lágrimas secas
como una boca con dientes cariados
como una casa con hijos crecidos
como una tarde gris y sus rincones soleados
como una cama de dos y uno se ha ido
como una historieta sin superhéroe
como un creyente sin dios que aún en algo cree
como una revolución sin banderas flameando
como los deudos de un infeliz y sus lamentos y sus llantos
como un arcoiris bicrómico
como un año nuevo ayunado
como las costumbres de un pueblo abombado
como el fastidio de un fastidiado capocómico
como las luces de una ciudad con sol eterno
como la inocencia de un condenado al paredón
como el silencio hasta que llega el primer trueno
así,
de palabras,
me voy vaciando
yo